Queremos dedicarle un post a una nueva práctica que en los últimos meses se ha convertido en tendencia. Cada vez hay más huertos urbanos, ya sea en espacios inutilizados de cualquier barrio o en los propios balcones y terrazas de particulares. Una práctica de moda que, si nos paramos a pensar, sólo puede traer consigo consecuencias positivas. Por un lado, se aprovechan espacios urbanos olvidados y deshabitados para levantar todo un jardín. Por otro, en estos suele participar una congregación de personas que se une, a veces sin conocerse de nada, para dar vida a una parcela desolada. El resultado, la recolección de tomates, cebollas, calabazas, limones...  y todo lo que en cada caso hayan querido sembrar, y siempre de manera  ecológica. Muchas veces, esta producción es suficiente para el consumo familiar.

  El principio más importante es evitar todo lo que no sea natural. Usar en todo caso materiales reciclados  y materia orgánica. Esto hace que el mantenimiento del huerto sea fácil de cuidar y barato de mantener. El lugar escogido debe ser muy soleado, con al menos 6 horas de sol directo y con una orientación sur. Siguiendo este principio fundamental, se consigue que las frutas y verduras sean respetuosas con el medio ambiente y, también, con nuestra salud.

 Un huerto urbano puede tener casi de todo: berenjenas, ajos, cebollas, lechugas, tomates, espinacas, pepinos, rábanos… Lo más habitual son las espinacas y los tomates, aunque las lechugas y los rábanos dan resultados más rápidos.

Navegando por internet hemos encontrado esta página huertoencasa.org,  muy interesante si estás pensando en empezar a sembrar un pequeño huerto en casa, repleto de consejos y técnicas para que todo salga bien.

En Kasa Coast vemos esta tendencia como un paso hacia adelante que no sólo nos sirve para aprender a cuidar nuestro medio ambiente, si no como una posibilidad de aprender a trabajar en equipo por un bien común.